Aventureros por el Mundo: Andrea

Comenzamos una nueva sección en la que los alumnos de Aventuras escriben desde fuera de España lo que ellos quieran pero que tenga que ver con el sitio en el que estan.

Hace ya semanas que está dando este curso y todavía sigue sin saber manejar el mando a distancia. Ella, la profesora de pelo cortito y gafas redondas, se planta decidida delante del televisor y apunta hacia él con el mando a distancia varias veces, haciendo muecas, sin comprender porqué no funciona. Claramente es el mando del Dvd, pero parece que nadie se atreve a decírselo.

Estamos en una clase pequeña, en la planta baja del cine “independiente” de Nottingham -Inglaterra- (al lado de “Gran Torino” se proyecta en versión original “Waltz with Bashir” y la también israelí “Lemmon tree”). Durante dos horas todos los jueves unas quince personas nos juntamos aquí para ver cortos y comentar cosas acerca de ellos. Hay de todo: desde una profesora de universidad, hasta dos jubiladas a las que les encantan los abrigos peludos, pasando por una señora que siempre viene vestida de ciclista, un ama de casa ochentera, varios estudiantes y un señor que hace chistes que no entiendo. Ah, y se me olvidaba decir que nuestra profesora en realidad se gana la vida dando clases de yoga...

Está claro que no hace falta ser un experto en el lenguaje audiovisual para poder tener una opinión coherente acerca del montaje, el argumento, la banda sonora o los actores de un cortometraje. En un tono distendido cada uno dice lo que piensa y, obviamente, la visión del oso pardo camuflado de señora es muy dispar a la del músico que nunca se quita la gorra. Eso es lo bueno, que te descubren cosas en las que no te habías fijado antes y te das cuenta de todas las posibles interpretaciones que una historia de cinco minutos puede suscitar. Da igual que sea británica, china, en blanco y negro o de animación.

En la penúltima clase sigo sin entender los chistes de Frank (que en realidad no se cómo se llama, pero tiene cara de Frank). De todas formas, yo me río igual. Unas horas antes, en clase de fotoperiodismo, mi compañera de clase me decía que conocía Oviedo. Y yo me ponía a pensar cómo era posible que una chica de Kazajistán conociese la capital de Asturias. La respuesta: Vicky Cristina Barcelona. Ay, Woody, cuánta publicidad nos has hecho...